[PUNKA] Los bizco-chitis vuelven a la carga

Muy buenas a tod@s.

Mucho ha llovido desde que escribiese mis últimas líneas en el blog. Desgraciadamente mi tiempo libre no es el de antaño, y mi participación en él se ha visto directamente afectada por ello. No obstante, sí que me gustaría seguir compartiendo con vosotros mis trabajos de pintura y todo lo que mi tiempo libre me permita.

Como ya habréis podido leer en El Sobaco de Batman, el ruin ser que administra ese blog tuvo la brillante iniciativa de darle un buen meneo al juego en Valencia, y qué mejor manera de picarnos a los demás que con una pequeña escalada de pintura (que podéis ver aquí). Con la muerte de Batman Miniature Game, otros juegos que durante mucho tiempo he tenido en segundo plano han escalado posiciones, y en la cima de todos ellos se encuentra actualmente Punkapokalyptic.

Hace unos meses (bueno, más bien hace un año) empecé a pintar mis Chatarreros (los cuales os traje aquí), así que ya era hora de terminarlos, y qué mejor excusa para ello que este pequeño reto. Así pues, para esta primera ronda a 200 puntos decidí llevar 4 miniaturas, siendo una de ellos un mercenario: Mel Gibson Crazy Mel; y ronda tras ronda mi idea es pintarme todos los mercenarios que actualmente tengo en mi poder (Crazy Mel, Ochodedos y Capitán Hammerica... y después de estos compraré los que me faltan, porque estoy empezando a pillar la sana costumbre de comprar lo que vaya a usar).

Una de las cosas que me gusta de este juego es que, a diferencia de BMG (y nombro este juego porque es el que he estado pintando durante tanto tiempo), se tiene más libertad a la hora de dar color a las miniaturas (que sí, que cada uno se folla a su gato como quiere, y por qué no iba a poder pintarse un Batman de rosa o a una Starfire negra... ¡oh wait!), y en mi caso no ha sido solo eso, sino que me he animado a sacar mi vena modelista y hacer alguna que otra chapuza (porque no nos engañemos, es lo que son xD) con masilla verde.

La primera de las miniatura es la engranaje con maza ligera. Un perfil que me parece idóneo para cerrar una lista y tener una mini que dejar abajo aguantando un objetivo todo lo que le permita la dura vida en el Páramo. Sobre el pintado, y a falta de haber un esquema oficial de ella (porque a mi me gusta primero ver el esquema oficial y luego ya si eso me lo paso por el forro), tenía muy claro que su capa iba a ser de la escuela del Capitán Pescanova, y el resto del conjunto con un toque de "pija del Páramo". Una de las técnicas que me gusta a la hora de pintar estas miniaturas es la de "pincel seco", ya que aunque les deje un aspecto polvoriento, ¡estamos en el Páramo!. Como a todas las minis que llevan esculpido en ellas protección contra la contaminación, me gusta darles ese toque contaminante a sus peanas. Y sí, eso que podéis ver en su espalda es una bonita mochila de Mickey Mouse, con sus 2 orejitas finamente esculpidas y todo:

Mientras me venía la inspiración para pintar a mis otros dos Chatarreros, le tocó el turno a Crazy Mel. Desde luego que el pintado no es el del que más satisfecho esté, pero la peana resulta bastante llamativa y una vez en mesa el efecto animadora hace el resto:

Y ahora sí, ya tenía la inspiración que me faltaba. En el momento que me fijé en esa gorra lo vi claro: Ash Ketchum. Y puestos a venirme arriba, ¿por qué no modelar un Pikachu... o algo que se le pareciese? Y allá que me fui, pillé la masilla verde y a ver qué salía, y sí, el resultado fue un Pikachu cuyos padres parece ser que eran hermanos. Si con la primera miniatura decía que el pincel seco era una técnica que me parecía apropiada, aquí cometí lo que muchos llamarán sacrilegio: sumergir al cazador de pokemon del Páramo en.... ¡dipping!. Con la mini pintada, le puse el Picashu donde más o menos cabía, unos matojos a su alrededor, y hale... ¡a vaporizar gente!.

Y habiendo un pseudo-Ash en el equipo, la otra miniatura que me faltaba por pintar me estaba pidiendo a gritos ser su compañera de aventuras Misty. El desafío de esta miniatura residía en ese maldito rifle que con solo mirarlo se dobla, así que le hice una especie de soporte en la punta falcándolo en una bonita decoración en su base (sí, aunque parezca realista, eso también lo modelé yo). No solo me daba miedo el endeble rifle de esta miniatura, sino que la capa con la que viene también me influía respeto, así que decidí no ponerla. La cara venía con una pequeña línea de molde que, en vez de limar, decidí aprovechar para hacerle una especie de cicatriz, y aunque mi banda sea la de los bizco-chitis, también se permiten estrábicos entre sus filas. Y sí, a esta también le metí un buen baño de dipping, y lo que tengo clarísimo es que al menos no se me va a descascarillar la pintura tan fácilmente:

Y como me sobraba algo de tiempo antes de finalizar el mes, como parte del reto colé un par de floreros a modo de objetivo. Aquí os dejo el resultado al completo visto desde la parte de atrás y para que, de paso, podáis admirar a mi increíble pseudo-Pikachu.

En resumidas cuentas, las miniatura de este juego me divierten mucho a la hora de pintarlas, ya que sacan mi vena más creativa y gamberra, aunque por eso mismo no son minis que pueda pintar cuando quiera, sino cuando me venga la inspiración (qué poético me ha quedado esto).

¿Qué os ha parecido el resultado? ¿Me encargaríais trabajo de modelado? ¿Volveríais a usar la sacrílega técnica del dipping?. Durante los próximos días os traeré el siguiente trabajo de pintura que acabé antes de meterle mano a la siguiente tanta de Chatarreros, para probar el esquema de color de uno de los luchadores más famosos de todo el Páramo.

Un saludo y nos leemos por La Biblioteca de Alfred,
Xermi