Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Marcos 5.9
En esta entrada doy a conocer mi opinión personal sobre Legión, un libro que marcó un giro argumental muy importante en la colección de novelas de Herejía de Horus. En éste, la Legión Alfa (protagonista de mis últimos artículos) es exploradora en profundidad desde los ojos de los demás personajes al tiempo que van tejiendo una red de mentiras, secretos y engaños.
El punto de partida de Legión es la conquista por parte del ejército imperial (la guardia imperial) de Nurth, un mundo humano rebelde y aislado, violentamente reluctante a someterse al Emperador. La invasión de Nurth ha enfangado a la majestuosa 670ª fuerza expedicionaria en una larga guerra, pues lo aparentemente retrasados nurthenos cuentan con brujería climática para tender letales trampas y emboscadas sobre los bravos hombre de la Geno Chilíada.
La Geno Chilíada es uno de los regimientos más antiguos de Terra, uno de los escasos cien que sobrevivieron a las guerras de unificación del mundo natal de la humanidad. Dan Abnett les dota de unos orígenes orientales, que recuerdan a los turcos o cosacos, adoradores de Trimaggestus (Hermes trimegisto) el dios bufón y mentiroso. Cada regimiento (los bailarines, los payasos, los bufones...) está comandado por una escuadra de oficiales psíquicas que utilizan sus poderes de bajo nivel para entrar en comunión con sus tropas y guiarles en batalla.
Aquí podemos apreciar, por tanto, como el señor Abnett realmente trabaja muy bien la cultura de cada unidad del ejército, se nota su experiencia con Los Fantasma de Gaunt. Los Luciferes negros, los pretorianos de Namatjira (comandate general) son de una personalidad arrolladora. Y, al final, eclipsan por completo los personajes astartes.
Reconozco que la primera vez que leí la novela no me gustó mucho, esperaba cierto protagonismo por parte de la Legión Alfa y me encontré con que parecían personajes secundarios de su propia historia, protagonizada por soldados del ejército imperial, espías de facciones no-imperiales y agentes no-astartes de la legión. No se parece mucho al resto de novelas de la saga, la guerra es un telón de fondo, un conflicto armado alrededor del cual la trama gira, pero hay relativamente pocas páginas de acción bélica en comparación con la mayoría de la saga. El espionaje y las manipulaciones, por el contrario, serán las principales formas de resolver los conflictos y en pocas ocasiones tendremos claras las lealtades de todos los personajes.
Sin embargo, unos años después, una segunda lectura ha cambiado drásticamente mi opinión. El hecho de que la trama sea contada desde los ojos de los agentes y espías en la "Guardia Imperial" no sólo no es malo, sino que es un inteligente recurso para no deshacer el velo de misterio que envuelve a la XXª. Hasta bien entrada la novela, no sabes nada de la intenciones de Alpharius y los suyos cuando el desenlace ya es inevitable.
Además, se consigue dar una explicación bastante creíble a cómo una legión que no sentía lealtad por Horus, ni por los poderes ruinosos se ve involucrada en la rebelión, presentando el modus operandi de unos astartes que poco o nada tienen que ver con el resto.
Finalmente, no puedo acabar la breve reseña sin mencionar a John Gramaticus, el primero de los eternos que aparece en la saga y un personaje bastante carismático o, al menos, original. Como espía humano al servicio de una facción no-imperial consigue, como pocos, conectar con el lector, transmitiéndo una empatía ante el dolor que no es nada común entre los astartes y una sensibilidad ante las manipulaciones que se ve empujado a hacer como espía que realmente enternece (al menos a mí). De toda la novela, me quedo sin duda con la escena en la que John Grammaticus se va a llorar al desierto, derrotado y arrepentido por todo lo que ha estado haciendo.
Espero que si no habéis leído esta novela os animéis a hacerlo, seáis o no fans de la Legión Alfa. No es una novela sobre astartes, sino sobre el espionaje.
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