La Mascarada. Introducción

Los juegos de rol son una faceta maravillosa de los juegos de mesa, nada hay más gratificante que meterte en la piel de un personaje, desarrollarlo, explorar los confines de la ambientación, profundizar en el trasfondo y enfrentarse a los desafíos que te plantee el narrador. Todos conocen el papel destacado que tuvo Dragones y Mazmorras en el pasado y su posición actual como origen de numerosas ambientaciones derivadas de las varias ediciones de D&D. 

Pero en los 90 se produjo una revolución en este tipo de juegos, Vampiro y el resto de juegos de Mundo de Tinieblas cambiaron por completo el paradigma de los jugadores al poner el énfasis en la narración sobre la experiencia, en la interpretación sobre la caza de monstruos y en el horror personal o psicológico sobre la fantasía. Vampiro te llevaba por primera vez a meter en la piel del monstruo o nigromante que los jugadores solían combatir, te obligaba a explorar los rincones más oscuros del personaje y sus motivaciones al interpretarlo.

Cuando el sector de los juegos de rol entró en crisis, a finales de los 90, sólo los juegos de Mundo de Tinieblas (Vampiro, Hombre Lobo, Mago)  y Dragones y Mazmorras resistieron bien la pérdida de jugadores y de ingresos. Aunque en última instancia, también cerraron. A Vampiro: La Mascarada se le dió un final mediante un suplemento llamado Gehenna en el cual los míticos antediluvianos por fin despertaban y traían el juicio final para sus hijos, tras él siguieron diez años de silencio editorial y de ausencia de suplementos. 

Sin embargo, veinte años después de su creación Vampiro: La Mascarada resucitó mediante un crowdfounding astronómico que, gracias a su enorme éxito, se repitió para numerosos suplementos y en varios idiomas. Ahora el juego ha renacido con más fuerza que nunca, Nosolorol ha comprado los derechos para las ediciones en castellano y lleva un par de años traduciendo los exitosos suplementos. 

 

La estructura social básica más importante de la  Estirpe (los vampiros) es el Clan, que agrupa a los descendientes de un mismo linaje, vástagos de un mítico vampiro anterior al diluvio bíblico. La agrupación de clanes, conocida como la Camarilla sirve a los propósitos de hacer cumplir las leyes en cada ciudad y vertebrar la organización pirámidal de los clanes, constituyendo en la práctica un nido de intrigas y conspiraciones para hacerse con el poder. La más importante de las seis leyes o tradiciones de la Estirpe es La Mascarada, el secretismo con el que los vástagos ocultan su existencia de los mortales.

El conflicto entre vástagos jóvenes y antiguos de varios siglos de existencia en el interior de la Camarilla pone en la mesa dilemas tan profundos como libertad frenta a seguridad, progreso contra tradición y poder versus idealismo. Asimismo, la degeneración de la humanidad del personaje, su relación con los humanos a los que caza y mata, y con la bestia depredadora que lleva dentro y le consume conforman un angustioso telón de fondo sobre el que desarrollar la historia.

Lejos quedan las mazmorras llenas de monstruos y tesoros, en Vampiro: La Mascarada la única recompensa es el poder, diluido en una inmortalidad de miedo y paranoia, mientras tu humanidad inevitablemente se desliza hacia el abismo. Un sentimiento que bien podría surgir de las páginas del propio Lovecraft.